Dolor de estómago e indigestión


La indigestión o dispepsia, también conocida como dolor de estómago, se define como una sensación de malestar en la parte superior del abdomen. Suele aparecer durante las comidas o inmediatamente después, incluso a veces sin haber comido. Las personas que lo padecen sienten calor, ardor y/o dolor entre el ombligo y la parte baja del pecho y a veces una sensación de saciedad demasiado duradera y pesadez al poco de comenzar a comer o cuando se termina. Otros síntomas menos comunes del dolor de estómago son la distensión abdominal, una sensación muy molesta de presión debido a la acumulación de gases, y las náuseas.

Existen dos tipos de dispepsia, la funcional, que aparece sin una causa obvia y es la más común, y la dispepsia orgánica que está causada por una enfermedad de base.

Es importante saber que, aunque se use el término indigestión para referirse a este dolor de estómago, la dispepsia no comporta ningún problema en el proceso de digestión de los alimentos. Asimismo, hay que tener en cuenta que indigestión no es lo mismo que ardor de estómago, ya que este último suele originarse en el pecho y puede subir hasta el cuello o la garganta, a diferencia del dolor de estómago que aparece entre la parte baja del pecho y el ombligo.

Las causas del dolor de estómago son muy variadas, aunque suele estar relacionado en la mayoría de los casos con el estilo de vida y los hábitos higiénico-dietéticos. Las causas más frecuentes de dispepsia son las siguientes:

Hacer comidas abundantes o comer demasiado rápido sin masticar correctamente los alimentos puede causar dolor de estómago después de comer.

Comer alimentos con elevado contenido en grasa o picantes.

Consumir cafeína, bebidas alcohólicas o carbonatadas o chocolate en exceso.

Consumir tabaco.

Padecer ansiedad: por sí misma no causa dispepsia, pero al incrementar la percepción de sensaciones desagradables en las personas con ansiedad, el dolor de estómago puede empeorar.

Consumir ciertos medicamentos: bifosfonatos, antibióticos como la eritromicina, analgésicos o suplementos de hierro.

También existen ciertas enfermedades relacionadas con el aparato digestivo que pueden ser causa del dolor de estómago o dispepsia orgánica: inflamación de estómago (gastritis), úlceras pépticas, enfermedad celíaca, cálculos biliares, estreñimiento, pancreatitis, cáncer de estómago, bloqueo intestinal y flujo sanguíneo reducido en el intestino con falta de oxígeno.

Algunos de los síntomas de indigestión son: sensación de saciedad nada más empezar a comer, sensación molesta de plenitud del estómago después de comer, molestias y dolor en la parte alta del abdomen, ardor, distensión abdominal, náuseas, etc.

Sin embargo, el dolor de estómago no se considera una enfermedad ni suele tener complicaciones graves, aunque los síntomas de indigestión pueden afectar notablemente a la calidad de vida de la persona que lo padece, ya que provoca malestar y puede hacer que se coma menos para evitar los síntomas. Además, si la indigestión está causada por una enfermedad oculta, pueden aparecer complicaciones derivadas de ésta.

Como hemos comentado antes, muchos casos de dolor de estómago están relacionados con el estilo de vida, es por eso por lo que adoptar una serie de medidas higiénico-dietéticas puede ser muy útil para aliviar los síntomas. Algunos de estos cambios incluyen:

  • Invertir el tiempo suficiente en cada comida para masticar correctamente los alimentos y ayudar a que sean digeridos más fácilmente por el tracto intestinal.
  • Seguir dietas equilibradas en carbohidratos, proteínas y ácidos grasos, donde prevalezcan la fibra, los vegetales y las proteínas.
  • Evitar hablar mucho durante las comidas para que no entre aire en exceso y centrar la atención en procesar adecuadamente los alimentos.
  • Limitar el consumo de alimentos o los factores psicológicos que puedan afectar a la velocidad de vaciamiento del estómago, puesto que cuando hay un retraso en el vaciado es más probable padecer dolor de estómago.
  1. Los alimentos ácidos dificultan la acción de las enzimas digestivas y retrasan la velocidad de vaciado. Los hidratos de carbono abandonan con mayor rapidez el estómago que las proteínas y las grasas.
  2. Las bebidas alcohólicas y estimulantes son muy irritantes e inflamatorias para la mucosa del estómago, así como los picantes, el vinagre, las frituras, los alimentos grasos, las carnes rojas, las harinas, las carnes rojas, el azúcar blanco, el chocolate, las legumbres, los frutos secos por causar alergias, además del salvado de trigo entre otros.
  3. Ciertos estados emocionales como la ansiedad, la depresión o el miedo empeoran el ritmo de vaciado.
  • Dividir las comidas, es preferible hacer 5 comidas más ligeras que 3 más copiosas.
  • Evitar hacer ejercicio físico intenso o actividades con mucho movimiento o ajetreo justo después de las comidas.
  • Si el estrés es la causa de la indigestión, sería conveniente tratarlo o buscar rutinas o ejercicios que sirvan para relajarse.
  • Evitar, en la medida de lo posible, el consumo de algunos medicamentos como el ácido acetilsalicílico y otros antiinflamatorios, que se deben tomar preferiblemente con el estómago lleno.
  • Incorporar en la dieta productos con probióticos y prebióticos, microorganismos y distintos tipos de fibra que contribuyen a mejorar la salud intestinal, actuando de manera importante en la prevención y tratamiento de trastornos gastrointestinales.

Des de la farmacia recomendamos que los pacientes acudan directamente al médico en caso de que presenten alguno de los siguientes síntomas o criterios que pueden estar relacionados con el dolor de estómago:

  • Náuseas o vómitos.
  • Dificultad respiratoria, sudores y taquicardias junto con el episodio de dispepsia: podría tratarse de una isquemia coronaria aguda.
  • Pérdida del apetito.
  • Pérdida de peso.
  • Sangre en las heces.
  • Dificultad o dolor al tragar.
  • Dispepsia que no mejora con medicamentos antiácidos.
  • En personas con dispepsia crónica que aparece durante el ejercicio físico y desaparece cuando se descansa, podría tratarse de una angina de pecho.
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