Aftas


Las aftas bucales son úlceras de la mucosa oral que tienen normalmente forma circular o ligeramente ovaladas con una zona enrojecida e inflamada alrededor y un fondo blanco o amarillento. Pueden aparecer en cualquier zona de la boca: en la lengua y en la parte interior de los labios o las mejillas. También se han visto casos de aftas en las encías, el paladar o incluso la campanilla.

Aunque suelen ser de carácter benigno y en la mayoría de los casos no derivan en complicaciones importantes, las llagas en la boca pueden llegar a resultar muy molestas, impidiendo desarrollar con normalidad actividades del día a día como hablar, comer, beber o bostezar.

En función del tamaño las aftas se pueden clasificar en dos tipos:

  • Aftas mayores: tienen más de 1 cm de diámetro y se caracterizan por ser profundas y dolorosas, pudiendo tardar hasta un mes en curarse. Se localizan en la zona de los labios y el paladar blanco.
  • Aftas menores: miden menos de 1 cm de diámetro y son poco profundas y menos dolorosas. Aparecen en la parte interna de labios y mejillas, en la base de las encías o debajo de la lengua.

También se pueden clasificar las llagas en la boca según su duración, siendo agudas aquellas que desaparecen en menos de 6 semanas y crónicas cuando duran más de 6. Sin embargo, las aftas en la lengua suelen durar más tiempo que las que aparecen en otras partes de la cavidad bucal, puesto que están en contacto con los dientes o los alimentos continuamente y pueden sufrir roces o pequeños traumatismos. En algunos casos las aftas pueden repetirse de manera recurrente de 2 a 4 veces al año. Se debe prestar especial atención a las aftas crónicas ya que pueden pasar inadvertidas por ser indoloras y deben ser analizadas por un médico.

En el 70% de los casos la causa de las llagas en la boca es desconocida, siendo solo el 30% de causa secundaria. Algunos ejemplos de causas conocidas de aftas son:

  • Traumatismos orales repetidos provocados por dentaduras postizas u ortodoncias, cepillados bruscos o agresivos, prótesis dentales mal ajustadas, quemaduras, entre otros.
  • Cambios inmunitarios producidos por infecciones (VIH, herpes simplex tipo 1, tuberculosis, sífilis), enfermedades autoinmunes (lupus eritematoso sistémico) o procesos cancerosos.
  • Cambios hormonales provocados por la menstruación.
  • Estrés o trastornos emocionales.
  • Déficits nutricionales de hierro, folatos, zinc o vitaminas del grupo B.
  • Alergias a alimentos como los frutos secos, los cítricos, el tomate o el chocolate.
  • Enfermedades de base: enfermedad celíaca, enfermedad de Crohn, problemas hematológicos como la anemia o la neutropenia, etc.
  • Procesos de radioterapia o consumo de determinados medicamentos.
  • Historia familiar (genética).

En el proceso de formación de las llagas en la boca inicialmente hay un factor desencadenante que actúa directamente sobre la mucosa oral y que provoca que los linfocitos T, células del sistema inmunitario, se activen liberando una serie de sustancias responsables de la zona rojiza e inflamada que rodea las aftas. En caso de que exista un proceso infeccioso activo, puede haber una bajada de defensas que contribuya también a la aparición de éstas. El dolor puede empezar antes de que la úlcera se pueda ver. Finalmente, a los pocos días de aparecer el afta se inicia el proceso de cicatrización. Será fundamental utilizar productos con ácido hialurónico para aftas que promuevan la regeneración tisular para poder acelerar la curación de la herida.

Des de la farmacia recomendamos que los pacientes acudan directamente al médico en caso de que cumplan uno de los siguientes criterios:

Edad

  • Menores de 2 años
  • Mayores de 50 años sin historial previo de llagas en la boca

Síntomas

  • Aftas mayores
  • El dolor no permite ingerir alimentos
  • Asociadas a fiebre, diarrea, dolor de cabeza, erupciones en la piel, masas en el cuello o en la ingle, movilidad dentaria sin explicación, obstrucción nasal

Duración de los síntomas

  • Más de 2 semanas
  • Más de 3 episodios al año
  • Más de una semana con tratamiento sin resultados o con empeoramiento

Enfermedad subyacente y/o consumo de medicamentos

  • Sospecha ante el uso de determinados medicamentos
  • Alteraciones simultáneas gastrointestinales o cutáneas

Situaciones especiales

  • Si empeora con el paso del tiempo
  • Inmunodepresión

Es importante recordar que las aftas no son contagiosas ni infecciosas y, por lo tanto, tampoco se transmiten sexualmente. Normalmente desaparecen sin tratamiento en una o dos semanas, aunque algunas medidas pueden acelerar el proceso de cicatrización y evitar posibles complicaciones:

  • Evitar el consumo de alimentos muy calientes o condimentados, con elevado contenido en azúcares, grasas o con sabores muy ácidos.
  • Evitar en la medida de lo posible los factores desencadenantes de las llagas en la boca como el estrés, los alimentos que puedan producir alergia, etc.
  • Mantener una buena higiene oral: combinar el cepillado de dientes después de cada comida con el uso diario de hilo dental para una higiene más completa.
  • Utilizar un cepillo suave y de tamaño adecuado para evitar golpes y rozaduras en la mucosa de la boca. Se debe cambiar el cepillo tras 3 meses de uso. Visitar al odontólogo anualmente como norma general. Utilizar gel y enjuagues para aftas bucales de clorhexidina sin alcohol tras el cepillado de los dientes.
  • Aplicar sobre la úlcera agua oxigenada rebajada a la mitad con agua para aliviar el dolor.
  • En el caso de llagas en la boca causadas por aparatos de ortodoncia se recomienda el uso de cera dental para evitar el roce.
  • Para acelerar el proceso de cicatrización y reducir también la sensación de dolor se puede recurrir al uso de productos en forma de geles, spray o colutorios con aloe vera y ácido hialurónico para aftas que contribuirán a la regeneración tisular de la zona afectada. En caso de que haya aftas en la garganta o la zona de la campanilla será preferible el uso de formulaciones en formato spray con aplicador, ya que son zonas de la boca de difícil acceso. Si fuera el caso de tener múltiples aftas en la lengua o diseminadas por la mucosa oral, serán mejores las formulaciones en formato colutorio que se distribuirán fácilmente por toda la boca. Por último, el formato gel se recomienda para llagas localizadas de muy fácil acceso, puesto que la cánula permitirá aplicar el producto directamente sobre la herida.
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