Anticatarrales y Antigripales


La gripe y el catarro o resfriado son dos patologías infecciosas agudas de las vías respiratorias, ambas de carácter estacional y causadas por un virus. En general suelen resolverse por sí solas a los pocos días de haberse iniciado. Las dos presentan una elevada incidencia entre la población, lo que significa un elevado absentismo laboral y escolar tanto en adultos como en niños. El contagio se produce por contacto con las secreciones a través de superficies infectadas y por inhalación de aerosoles que se forman al toser o estornudar. Además, tienen en común una sintomatología parecida por lo que el tratamiento y las medidas higiénico-dietéticas son muy similares en ambos casos.

Por un lado, el resfriado o “catarro” supone una inflamación de las vías respiratorias provocada por un agente infeccioso que en la gran mayoría de casos es un virus. Es una infección muy frecuente en niños pequeños debido a la inmadurez del sistema inmunitario y al contacto físico con otros niños. Al ser de carácter estacional, se ve aumentada la prevalencia en las semanas iniciales del otoño y la primavera. Se puede manifestar inicialmente con dolor de garganta y malestar general, dolor de cabeza, y rara vez con fiebre y escalofríos, aunque los síntomas más frecuentes son la presencia de mocos, estornudos y congestión nasal.

Al contrario de la creencia social, actualmente no se ha demostrado científicamente que la exposición al frío, el cansancio o la falta de sueño sean factores de riesgo o causas que aumenten la frecuencia de los resfriados. Sin embargo, sí que se ha visto que el estrés puede favorecer la aparición de síndromes catarrales. La causa principal son los virus, aunque una pequeña proporción de los casos pueden estar causados por bacterias. En cualquier caso, el tratamiento inicial de los síntomas es el mismo en ambas situaciones.

No son frecuentes las sobreinfecciones bacterianas en el resfriado, aunque se observen secreciones nasales o faríngeas con pus. Aun así, los pacientes más susceptibles a padecerlas son los lactantes y los ancianos, las personas con asma, broncopatía crónica o inmunodeprimidos. Tampoco es habitual la aparición de complicaciones a raíz de un catarro, pero la más común es la neumonía de origen vírico.

Por otro lado, la gripe es un síndrome infeccioso agudo de las vías respiratorias con origen vírico también. En general cursa de manera benigna y se resuelve a los pocos días de haberse instaurado la infección. Entre los síntomas más frecuentes que puede causar el virus de la gripe se encuentran la fiebre, el dolor de cabeza y el malestar general con dolor muscular y debilidad.

La mayoría de los casos de gripe aparecen en forma de brotes epidémicos a finales de otoño y principios de invierno y, a diferencia del resfriado común, la gripe tiene asociada una mayor mortalidad. Esto es debido a que los grupos de riesgo, sobre todo los ancianos, son muy susceptibles de desarrollar complicaciones a nivel pulmonar que acaban derivando en neumonías, ya sean causadas por virus, bacterias o ambos.

Dado que ambas afecciones comparten muchos de los síntomas es importante conocer las diferencias entre la sintomatología que produce el síndrome catarral y la gripe. En la siguiente tabla se muestran los síntomas más característicos de cada uno:

Síntoma Gripe Catarro

Inicio

Rápido Progresivo
Fiebre Frecuente entre 38-40ºC  No siempre
Dolor muscular y articular Si, sobre todo en piernas y zona lumbar Leve
Dolor de cabeza Intenso, generalizado o en la zona frontal Poco frecuente
Tos Si, seca y puede intensificarse Si. Inicialmente seca y con los días se vuelve productiva
Dolor de garganta Poco frecuente Si
Estornudos No Si
Irritación ocular A veces Si
Dolor de garganta al tragar A veces Si
Cansancio general Siempre Poco frecuente
Rinorrea A veces Si
Duración 3-7 días 8-10 días
Complicaciones Bronquitis, neumonía Sinusitis, otitis

Des de la farmacia recomendamos que los pacientes acudan directamente al médico en caso de que cumplan uno de los siguientes criterios:

Edad

  • Menores de 2 años
  • Mayores de 75 años con patologías asociadas

Síntomas

  • Fiebre durante más de 2 días o superior a 38 ºC
  • Malestar general exagerado, con vómitos, dolor de cabeza muy intenso o erupciones en la piel
  • Dificultad para respirar o ruidos en el pecho
  • Dolor de oídos o gran dificultad para tragar
  • Dolor maxilar o frontal durante la mañana que empeora con la presión
  • Empeoramiento de los síntomas después de una mejoría inicial
  • Sospecha de gripe

Duración de los síntomas

  • En el catarro más de una semana sin tratamiento o más de 3 días con tratamiento y sin mejoría

Enfermedad subyacente y/o consumo de medicamentos

  • Asma, EPOC
  • Insuficiencia cardíaca o enfermedad coronaria
  • Insuficiencia renal y/o hepática
  • Diabetes en paciente no controlado o con patologías asociadas
  • Tratamiento inmunosupresor

Situaciones especiales

  • Embarazo y lactancia (si no mejora con paracetamol y lavados nasales)
  • Inmunodeprimidos

En principio el tratamiento del resfriado y la gripe siempre debe ir enfocado a mejorar los síntomas que estos producen: malestar general, dolor de cabeza, mocos, fiebre y congestión nasal principalmente. Se recomienda en la mayoría de los casos hacer reposo durante unos días y mantener una buena hidratación para ayudar a eliminar las secreciones respiratorias. Los caramelos o pastillas para chupar pueden aliviar las molestias de la garganta y los analgésicos pueden ser útiles para el malestar general y el dolor de cabeza.

De manera general también se recomienda seguir unas medidas higiénico-dietéticas que podrán aliviar la sintomatología y mejorar el curso de la infección, así como prevenir el contagio:

  • Evitar el contacto con las personas afectadas al menos durante los primeros días de la infección.
  • Evitar situaciones con mucha gente en sitios cerrados.
  • Seguir una dieta equilibrada para evitar los déficits de vitaminas y minerales que podrían afectar negativamente al sistema inmunitario. Evitar cambios bruscos de temperatura.
  • Evitar el consumo de alcohol y tabaco.
  • Utilizar pañuelos de un solo uso para sonarse los mocos.
  • Utilizar humidificadores para mantener la humedad de las vías respiratorias.
  • Taparse la nariz y la boca al toser o estornudar para evitar la propagación del virus.
  • Evitar frotarse los ojos con las manos sucias.

Hoy en día solo se conocen medidas de prevención realmente eficaces para el síndrome gripal, siendo la vacunación anual contra el virus de la gripe y del neumococo lo más efectivo en grupos de riesgo. Las indicaciones de la vacunación antigripal son las siguientes:

  • Pacientes a partir de los 60 años.
  • Personas ingresadas en residencias de la tercera edad o centros que asisten a enfermos crónicos de todas las edades.
  • Personas con enfermedades crónicas, cardiovasculares, pulmonares, metabólicas, renales o inmunosupresión.
  • Personas de entre 6 meses o 18 años bajo tratamiento largo con aspirina.
  • Personal sanitario que pueda contagiar a grupos de riesgo como médicos, enfermeros, personal de residencias, cuidados a domicilio, etc.
  • Trabajadores esenciales como policías, bomberos, etc.
  • Personas contagiadas por VIH.
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